sábado, 4 de julio de 2009

ENTREVISTA AL ESCRIBA. Septima pregunta y Respuesta.

por Alfredo López Cruzado

Sábado, 4 de julio de 2.009.

Querido/a y distinguido/a amigo/a:

Cumpliendo con nuestra, cada vez más deseada, cita semanal, una vez más, te adjunto la SÉPTIMA RESPUESTA, que mejora, si cabe, las expectativas despertadas por las anteriores. Lean, lean…

SÉPTIMA PREGUNTA Y RESPUESTA:

- Alfredo:

¿Por qué tenemos que morir?

- El Escriba:

Para desvelar el misterio que representa la muerte debes preguntarte antes ¿Qué es la muerte? ¿Quién muere en realidad? ¿Quién soy yo?

En verdad te digo, Alfredo, que quién está vivo no puede morir. El origen de la vida no se encuentra en este mundo.

Por causa del desconocimiento de la Realidad que es DIOS y del Plan que Él tiene para cada uno de nosotros, nos pasamos la vida huyendo de la muerte, sin comprender qué es la Muerte.

Vivimos de espaldas a la realidad que nos toca vivir, corriendo tras los ideales de la mente, para tropezarnos con la frustración, el dolor y la muerte. Confundiendo nuestras vidas y desaprovechando la finalidad de las mismas, que no es otra que el regreso al lugar del que procedemos, habiendo ganado el conocimiento de la Causa de todas las cosas, para poder disfrutar, al fin, de la Libertad, la Felicidad y la Plenitud, propias de la Inmortalidad y la Eternidad que nos corresponden por ser Hijos de DIOS. Hijos de su Atención, su Razón y su Voluntad.

DIOS no está para rezarle. Si un Padre quiere enseñar el oficio a su hijo y este se dedica a rezar, el Padre se desespera.

Bien está que seamos agradecidos con el Gran Creador, nuestro Padre, pero lo que Él espera de nosotros es toda nuestra atención, nuestra mejor reflexión y nuestra mayor comprensión.

La Plenitud del Espíritu se alcanza al comprender la Totalidad que es Él.

No es rezando como nos acercamos más deprisa al Creador, sino siguiendo sus pasos, comprendiendo su Obra. La Realidad que Él nos muestra, la Realidad en que vivimos, nos movemos y tenemos el Ser.

De modo que, el estudio del Espacio y del Tiempo, en realidad, su Razón y su Voluntad, son pasos necesarios para alcanzar la comprensión práctica de DIOS.

En la medida que le comprendemos, nos vamos acercando a Él. Su Plan es dar a cada una de sus partes memoria de la Totalidad que ÉL ES. Todos somos parte suya, todos hemos de lograr la Conciencia Propia de DIOS, su Memoria.

Por nuestro origen, todos estamos condenados a ser Dioses, a compartir con ÉL, su Perfección, su Plenitud, su Eternidad.

Quiere enseñarnos la verdad que somos y la perfección que podemos alcanzar.

Pero, en lugar de estar atentos a su Obra, que el Tiempo nos va mostrando de instante en instante, le damos la espalda y nos empeñamos en dirigirnos hacia el Espacio, que es la Muerte.

Quienes tienen miedo a la palabra Muerte no comprenden su verdadero significado.

Es cierto que la Muerte reina en este mundo de Tres Dimensiones. Nuestro cuerpo físico, nuestra Razón propia, se construye con materia de este mundo, y como tal, está sujeta a las leyes que rigen la materia, el Espacio, que resulta ser frío, inerte, muerto.

Una cosa es el Espacio y otra cosa es la vida que anima el Espacio.

Quién anima el Espacio, quién le da movilidad, movimiento, es el Tiempo.

Sin comprender el verdadero significado del Tiempo no se puede entender el significado de la Vida. Cómo se manifiesta, de dónde procede y dónde se origina.

La mayoría de la gente intenta proyectar su vida según sus deseos, sin considerar el factor determinante, el Tiempo. Es por ello que la mayoría ve frustradas sus propias expectativas, ve cómo sus deseos chocan con la Realidad que, como una mano invisible, gobierna nuestras vidas. Viven de espaldas a la Realidad que el Tiempo Es.

Sólo unos pocos viven de frente, alertas al devenir, atentos al ahora, a la Realidad que se renueva a cada instante, analizando las novedades que nos trae el Tiempo, el mayor condicionante de nuestras vidas.

Estos pocos no necesitan ser guiados, no se encuentran perdidos, aprenden a leer las señales que da el Tiempo. No necesitan ayuda para salir de la monotonía de sus vidas, porque sus vidas no están enfocadas tan sólo a la monotonía del Espacio, a la repetición de lo ya conocido. Para estos, la vida es renovación constante, aventura, aprendizaje, experimentación, Amor, Sabiduría, y también Incertidumbre.

La vida de estos pocos es como una línea recta; no viven dando vueltas, de aquí para allá, agotando sus días en un sin sentido, tratando de llenar sus vidas, ciegos a la Realidad que les rodea, dejándose guiar por otros más ciegos aún, que les seducen con falsas promesas de seguridad, placer y felicidad.

No puedes sacar provecho a tu vida si no sabes quién eres, si no conoces el origen mismo de la vida que te anima, si ignoras la trayectoria del Tiempo, el cauce por el que corren nuestras vidas, individuales y colectivas.

¿Quién eres en realidad?

Analiza las tres voces que hay en ti.

La primera, quiere Ser siempre.

La segunda, quiere Tenerlo todo.

La tercera, quiere Saberlo todo.

¿Quién es quién?

En las respuestas anteriores hemos revelado la Trinidad que hay en todos y cada uno de los seres humanos.

Todos somos Atención, Razón y Voluntad.

Yo Soy, dice la Atención.

Yo tengo, dice la Razón.

Yo sé, dice la Voluntad.


¿Cuál es nuestra verdadera identidad?

Los grandes filósofos han tratado de responder a esta cuestión, pero aún hoy sigue confusa la relación entre Mente, Voluntad y Libre Albedrío.

Fue el filósofo alemán, discípulo de Kant, Arthur Schopenhauer quién afirmó que la Voluntad es el verdadero Ser, que representa la fuerza esencial de lo real y que la acción de la Voluntad es irracional.

Esta respuesta, con ser de las más aproximadas, necesita verse aclarada, así como la creencia actual que confunde la Voluntad con el Libre Albedrío.

Vamos, por tanto, a definir estos conceptos con mayor precisión, porque resulta necesario para poder comprendernos a nosotros mismos.

El Libre Albedrío es la Atención. Yo Soy

El cuerpo y la mente es la Razón. Yo tengo.

El campo eléctrico es la Voluntad. Yo sé.


Conocer el origen de la Atención, la Razón y la Voluntad nos dará una mayor comprensión de quienes somos en realidad.

¿De dónde procede la Atención? ¿Por qué quiere vivir para siempre?

La Atención no procede del Espacio ni del Tiempo.

No está construida con magnetismo, como el Espacio.

No está construida con electricidad como el Tiempo.

La Atención es Espíritu.

La Atención procede de una REALIDAD que existe más allá del Espacio y del Tiempo, más allá de la Tercera y la Cuarta Dimensión.

Nuestra Atención es un fragmento de la Atención MAYOR,

LA UNIDAD con mayúsculas, que lo contiene TODO, DIOS PADRE, EL UNO.

La Atención no nace de Padre y Madre. La Atención es Espíritu, no tiene principio ni final, es Eterna, es LA VIDA.

La Atención no nace, sino que se emancipa de DIOS PADRE.

La Atención es Principio de Vida Eterna con Libre Albedrío.

Una vez emancipada de DIOS PADRE, la Atención, el Principio Rector, no tiene memoria propia. Es Libre Albedrío que en su principio lo ignora todo.

Por ello, para tomar conciencia de la Realidad que es el Espacio, La Razón de Dios y el Tiempo, La Voluntad de Dios, la Atención necesita un cuerpo hecho de Espacio, de materia, y otro de Tiempo, de Luz.

Un cuerpo visible y otro invisible.

El cuerpo visible es la Razón, el invisible es la Voluntad.

La Razón es la Memoria del Espacio, la Voluntad es la Memoria del Tiempo.

La Razón está construida con magnetismo, como el Espacio.

La Voluntad está construida con Electricidad, como el Tiempo.

La Atención es quién contesta cuando te llaman por tu nombre. Su residencia habitual está detrás de tus ojos. Puede “tocar” a distancia. NO se mueve de aquí para allá, no se dirige por el Espacio ni por el Tiempo. La Atención los trasciende. Simplemente “se sitúa” aquí o allá a velocidad instantánea.

¿De dónde procede la Razón? ¿Por qué quiere tenerlo todo?

Ya sabemos que la Razón es el cuerpo y la mente.

Es nuestra memoria del Espacio, nuestra Conciencia espacial, registra los movimientos por el espacio. Nos sirve para movernos por él, es nuestra memoria superficial, nuestra memoria Reactiva, es independiente de la Voluntad y pretende sobrevivir por encima de todo.

El Principio de la Razón, su mayor anhelo, es la Seguridad.

El origen de la Razón está en este mundo tridimensional, sus raíces se sumergen en lo más profundo de la Tierra. Muchas generaciones yacen bajo sus pies, como memoria de otra Realidad ya pasada, ya integrada en la Memoria del Planeta.

La razón es memoria con presencia física, ella representa la memoria de todas las generaciones que la han precedido, memoria que vamos sumando generación tras generación, trasmitiéndola de padres a hijos a través del ADN.

La razón está construida con espacio, materia, y está sujeta a las leyes que rigen el Espacio. Es decir, nuestra Razón funciona igual que el propio Espacio. Ambos crecen sumando Energía, sumando Memoria.

Así como el Espacio es de naturaleza material, magnética, negativa, atractiva, gravitatoria, que atrae para sí todo lo que puede atraer, como la Tierra. También la Razón es una memoria material, magnética, negativa, atractiva, que resulta ser posesiva hasta más allá de lo razonable.

Quiere tenerlo todo, disfrutarlo todo. Nunca se conforma. SIEMPRE PIDE MÁS.

Esta memoria es autónoma, no la llamamos Razón porque sepa razonar bien, sino por todo lo contrario, porque no gasta tiempo para razonar, ante cualquier situación, en cualquier peligro, la memoria reactiva se limita a reaccionar del mejor modo que sabe, para sobrevivir mejor. Sin pararse a considerar si deja en peligro a los demás. Es del todo Irracional.

Al contrario que la Atención, la Razón si nace, si tiene padre y madre. En el Universo, la Razón, se hereda siempre de una madre. Nuestra madre representa a la madre de todos los Espacios. DIOS MADRE.

Todas las razones tienen un principio y un Final en el Tiempo, pero, para la Razón, la muerte es tan solo renovación, un paso más hacia su perfección.

Un paso necesario que ha de dar cualquier semilla que se desprende de la planta madre al llegar el Otoño, para renovarse en la siguiente primavera y seguir completando y perfeccionando la memoria de la especie a la que pertenece.

Nuestra Razón es memoria con presencia física que se integra y se desintegra para volver a integrarse en la siguiente generación, como cualquier otra semilla del Espacio Tridimensional.

Es importante para todos, comprender que nuestra Razón es un espacio material dentro del Universo y como todos los espacios con lugar propio en el Universo tiene tres dimensiones: largo, ancho y alto.

Pero tener tres dimensiones no implica estar vivo, porque al morir, seguimos siendo tridimensionales. La vida no es visible en el Espacio, no pertenece al Espacio. En el Espacio sólo podemos ver la muerte, porque la muerte es propia del Espacio y la reconocemos por su inmovilidad, su falta de calor y su rigidez.

Un cadáver tiene largo, ancho y alto, sin embargo, no se mueve, es rígido y frío como el Espacio.

¿ Cual es la diferencia entre estar vivo o estar muerto ?

Una Razón sin vida no tiene movimiento propio. Al momento de morir, todos los órganos pierden su movimiento, su calor y su flexibilidad.

¿Qué sucede realmente al morir?

¿Por qué perdemos los signos de la vida que reconocemos como movimiento, calor y flexibilidad?

¿Qué o quién nos da los signos visibles de la vida?

Porque la vida, en sí misma, no podemos verla.

La vida es como el viento, podemos ver el movimiento que produce en el Espacio, pero el viento mismo no podemos verlo.


El Espacio tridimensional es frío, es rígido, es inerte. El calor, la flexibilidad, el movimiento, no son propios del Espacio, sino del Tiempo, La Cuarta Dimensión.

Es el Tiempo, de naturaleza eléctrica, invisible, quién construye y alimenta nuestro campo eléctrico, la Voluntad.

¿De dónde procede la Voluntad? ¿Por qué quiere saberlo todo?
La Voluntad es nuestra memoria del Tiempo. Nuestra conciencia temporal, registra los sucesos del Tiempo y con ellos va construyendo su memoria.

Es nuestra memoria profunda, nuestra memoria Reflexiva, es independiente de la memoria de la Razón, en realidad, ambas memorias son opuestas y a la vez complementarias, como nuestra mano izquierda y nuestra mano derecha.

El Principio que rige a la Voluntad, su mayor anhelo, es La Libertad.

El origen de la Voluntad no está en este mundo tridimensional, sus raíces no están en el Espacio sino en el Tiempo. Ella se nutre del Tiempo, no crece sumando memoria, no es magnética como la memoria del Espacio.

La memoria de la Voluntad es invisible, inmaterial, como el Tiempo. Es Luz.

La Voluntad no crece sumando memoria como el Espacio, sino que crece restándose como el Tiempo. La Voluntad trae del Tiempo su propia inspiración y crece renovándose. En la medida que, entrega su vieja inspiración, va recibiendo del Tiempo, su inspiración nueva.

La memoria de la Voluntad, de naturaleza eléctrica, como la electricidad que todos conocemos, no está hecha para ser guardada o almacenada sino para hacerla correr, para ser consumida, sin miedo a agotarla, porque el saber que puede alcanzar la Voluntad resulta ser inagotable.

Nuestra memoria del Tiempo es interactiva, necesita relacionarse, comunicarse, enseñar lo que sabe. Aprende enseñando tiene inspiración propia y cuanto mejor enseña, más inspirada se encuentra.

Es un Principio Universal que la Energía, y la Memoria es Energía, siempre se mueve desde donde hay MAS hacia donde hay MENOS.

De modo que, la clave para hacer crecer nuestro saber es enseñar lo que sabemos, cuanto antes, a quién más lo necesite, a quién tiene hambre de saber.

Así, en la medida que enseñemos más, más saber recibiremos del Tiempo, mayor será nuestro campo eléctrico, mayor será nuestra Voluntad, mayor será nuestro Poder Real.

Guardando lo que sabemos, la Especie Humana no crecerá en Sabiduría y nosotros mismos, perderemos la Inspiración que tanto necesita nuestra Alma, es decir nuestra Voluntad.

Por su propia naturaleza, la Voluntad es reflexiva, analítica, lógica. Tiene sed de saber, quiere saberlo todo. Es memoria eléctrica, positiva, expansiva, generosa, que disfruta enseñando lo que sabe.

La Voluntad es hija del Tiempo, hija de la Verdad que esconde el Tiempo. Es por eso, que ella adora, por encima de todo, LA VERDAD, fundamento de la Libertad.

Si, como ya sabemos, la Atención goza de vida eterna, no nace, no tiene principio ni final, al contrario que nuestra Razón material, sujeta a las leyes del Espacio, que nace para morir, para renovarse, para perfeccionarse un paso más en cada generación.

La Voluntad no es eterna ni tampoco es mortal, está construida con memoria del Tiempo, memoria de naturaleza eléctrica, invisible, inmaterial, memoria que tiene en cada uno de nosotros un principio, el principio de nuestra memoria propia, individual, que nos va dando identidad, conciencia de quienes somos. Esta memoria que construye nuestro cuerpo invisible, la Voluntad, tiene por tanto un principio, pero no tiene final. Es Inmortal.

La Atención. ES ETERNA. Yo Soy el que Soy.

La Razón. Es mortal. Yo Soy el que tiene.

La Voluntad. Es Inmortal. Yo Soy el que sabe.

Dicho de otro modo:

La Atención es Espíritu y procede del ESPÍRITU.

La Razón es Espacio y procede del Espacio.

La Voluntad es Tiempo y procede del Tiempo.


Y así es como se identifican nuestras tres voces:

Yo Soy la Atención, el libre albedrío. Soy quién da la Vida a la Razón.

Yo Soy la Razón, la conciencia del Espacio, tengo presencia física.

Soy la Memoria Magnética.

Yo Soy la Voluntad, la conciencia del Tiempo, mi presencia es luz,

Soy la Memoria Eléctrica.

De modo, que la Razón es Espacio, frío, inerte, muerto

Quién le da vida es la Atención.

Quién le da movimiento es la Voluntad.


Cabe ahora reflexionar más en el verdadero significado de la palabra Tiempo.

La realidad del Tiempo que vivieron nuestros abuelos no es la misma realidad que vivieron nuestros padres, ni es la misma que vivimos nosotros.

La realidad que vivimos hoy, no es la misma que vivimos ayer, ni será la misma que viviremos mañana.

El Espacio que conforma la Realidad en que vivimos no para ni un instante, está en continuo movimiento, en un cambio permanente. De instante en instante, el presente cambia, se mueve, siempre hacia delante, hacia el futuro y esta sucesión de movimientos, de instantes, van grabando, van alimentando y construyendo nuestra Memoria.

Percibimos el Ahora como una sucesión de instantes, movimientos, a una velocidad constante.

A este movimiento del Espacio, a esta constante sucesión de movimientos en el Espacio lo llamamos Tiempo.

EL MOVIMIENTO DEL ESPACIO ES EL TIEMPO

El Tiempo es movimiento, la velocidad constante a la que se mueve el Espacio.

Para entenderlo mejor, observa el funcionamiento de una película de cine. La película representa una sucesión de instantáneas, instantes fijos, que al verlos a una velocidad constante cobran movimiento.

Si frenamos la velocidad a la que visualizamos la película, el movimiento de las imágenes se ralentiza y si paramos del todo la velocidad, la ilusión del movimiento se desvanece, la película, como el espacio, no tiene movimiento propio.

El movimiento es el Tiempo

El Tiempo es la velocidad que nos hace ver el Espacio en movimiento.

El movimiento del Espacio es pura ilusión,

quién en realidad se mueve es el Tiempo.

El Espacio no tiene movimiento propio.


Para terminar de responderte, Alfredo, vamos a repasar lo más importante para llegar a la conclusión final sobre la muerte.

Creemos que el Espacio en el que nos movemos y vivimos está vivo, como creemos que nuestra razón, nuestro cuerpo físico tiene vida propia. Pero esto es una ilusión.

La vida no pertenece al Espacio, el espacio es materia inerte, oscura, fría. Cualquier espacio material en este mundo, tiene tres dimensiones, como cualquier cadáver, pero para verlo cobrar movimiento, necesita del Tiempo. La Cuarta Dimensión. Dicho de otro modo, la Voluntad invisible.

El Espacio no puede moverse sin el Tiempo.

La Razón no puede moverse sin la Voluntad.


El Tiempo es de naturaleza eléctrica, como la Voluntad,

Sin electricidad no hay movimiento.

Quién anima el Espacio es el Tiempo.

Quién anima nuestra Razón, quién le da movimiento
es la electricidad de la Voluntad.


Sin campo eléctrico, sin Voluntad, la Razón es como un robot sin batería eléctrica. Es tan solo un montón de materia ordenada.

Espacio sin Tiempo es materia inerte. Es Muerte.

La Voluntad no puede morir, ya lo hemos explicado, se construye con Tiempo y necesita muchas vidas para ello.

La Razón es pues, una marioneta muerta, un cadáver, sin la electricidad necesaria para mover el corazón, las neuronas, el sistema nervioso, y en definitiva, cada órgano, célula, molécula, átomo y partícula que dan su forma al cuerpo humano. La Razón humana.

Sin la Voluntad no hay cuerpo que se mueva por sí mismo.

El feto se mueve en el vientre materno gracias a la electricidad del campo eléctrico materno, es decir, la Voluntad de la madre. De modo que, si al separar al recién nacido de su madre, no se ve ocupado por una Voluntad, la Razón no cobra movimiento.

Fuera del campo eléctrico materno solo puede desarrollarse un cuerpo sin vida, un espacio ordenado, una Razón inanimada.

Al estar construida con electricidad, la Voluntad es invisible, pero igual que la electricidad deja calor a su paso, también la Voluntad, nuestro campo eléctrico, calienta el cuerpo y vamos dejando un rastro de calor por donde vamos.

De modo que resulta lógico y es lo normal, que cuando la Voluntad regresa al Tiempo del que ella procede, bien por enfermedad, accidente o vejez, la Razón se queda inmóvil, fría, rígida, como lo que ella es, un espacio sin tiempo, sin electricidad sin Voluntad.

Como ya puedes comprender, Alfredo:

La Razón no puede morir

¡ Porque jamás ha estado viva ¡


Como ya sabes:

La Vida es de la Atención.

El movimiento es de la Voluntad.

¡Qué gran ilusión, es hacernos creer que no hay más vida que la que podemos ver en la Razón¡

Como puedes ver, Alfredo,

también el mayor ilusionista...

ES DIOS.


Fin de la séptima Respuesta.

Sabe a poco… ¿verdad?

Hasta el próximo sábado.

Un fraternal abrazo.

Alfredo

7 comentarios:

  1. Así, venimos a aprender, pero aprender qué¿ Ls muy corta (la humana, claro)para aprender todo el saber, así que aquí novenimos a aprender cosas (aunque nunca está de más, eh¿). Aquí venimos a hacer lo que nadie hace, no venimos a hacer lo que los demás hacen o a hacer las cosas mejor de lo que los demás las hacen. Aquí venimos a ejercitar la ATENCIÓN & a deserrollar la VOLUNTAD. ¿Tengo RAZÓN? Namasté!!!

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  2. Lo que para el gusano es la muerte, es, para los demás, una mariposa. Namasté!

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  3. No es cuestión de hacer muchas cosas las 24 horas del día, sino de hacer lo que se pueda con ATENCIÓN (que es CALIDAD) & con PACIENCIA (que es VOLUNTAD). Namasté!

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  4. Querido Alfredo: Estudiando con toda mi atención las respuestas del Escriba, me he encontrado con una aparente contradicción en la 7ª Respuesta. Leemos en la pag. 33: La Razón es espacio frío, inerte muerto, quién la da vida es la Atención. Quién le da movimiento es la Voluntad"
    Si nos vamos a las pag. 35 leemos:
    La Razón es pues, una marioneta muerta, un cadáver... Fuera del campo eléctrico, materno sólo puede desarrollarse un cuerpo sin vida, una Razón inanimada....
    Las dudas que se me plantean Alfredo son las siguientes:
    Según esto, es posible que exista una Razón, es decir un cuerpo, con vida, pero sin movimiento, si no es animado por una Voluntad. Es decir que puede existir un cuerpo sin Alma. ¿Cómo sería?
    ¿Es posible que exista un cuerpo vivo pero sin movimiento? Yo no lo conozco. La vida es movimiento y sin movimiento no hay vida...
    Quizás Alfredo tú mismo puedas aclararme esta cuestión o trasladarla al Escriba.
    Admirado Alfredo muchas gracias por tus esfuerzos, somos muchos los que estamos en deuda contigo.....

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  5. Yo no soy Alfredo ni Escriba, pero tampoccreo que sea necesario para recordarte la Ley Universal Hermética ( o de Hermes Trimegisto ) que dice: "Todo vibra, nada descansa". Y si el Todo, todo contiene, entonces el movimiento (la vibración) es inherente a la vida, sea ésta mineral, vegetal, animal, humana, etc... en cualquiera de sus formas & manifestaciones pasadas, presentes y/o futuras. Ahora la cuestión central sería si esa "vida" o "movimiento" es propia estando el cuerpo en cuestión muerto, o si por el contrario es animada por una Voluntad ajena. ¿Has visto la peli "La guerra de los clones" de Star Wars? Ahora reflexiona: Si eso existe en la imaginación humana, ¿qué no existirá en la imaginación divina o universal que nos contiene? "Todo es Mente, el Universo es mental." Namasté!!!

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  6. Los "extraterrestres" cabezones conocidos como "Los Grises" son clones de los seres Reptilianos, el Enemigo Anti-Natural del ser humano, el Mal, ya que ellos no pueden bajar fácilmente su vibración a la materia densa, aunque tampoco es que pertenezcan a la luz (la 4ª) pero están "más arriba" que nosotros. La cuestión es que "los grises" tienen movimiento & los Reptilianos/Orionitas "ven" & "se alimentan" como ellos & a través de ellos. Namasté!!

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  7. Para que sepan o recuerden que existe el Blog del Mensaje del Escriba: Sugiero hacer octavillas del Blog & enviar copias de las mismas a todos los contactos conocidos, así como buzoneo & demás, que EL ESCRIBA ya ha hecho su parte & ALFREDO la suya, ahora toca a los colaboradores o mensajeros la tarea de la divulgación. Haciendo octavillas o publicando/financiando anuncios en los periódicos llamamos la atención de los demás respetando siempre su Libre Albedrío. Quedo a la espera. Namasté!!!

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