sábado, 18 de julio de 2009

ENTREVISTA AL ESCRIBA. Novena pregunta y Respuesta

por Alfredo López Cruzado

Sábado, 18 de julio de 2.009.

Querido/a y distinguido/a amigo/a:

Con satisfacción y alegría te adjunto una vez más, una nueva RESPUESTA del Escriba, la NOVENA. Con ella culmina la segunda parte de la Entrevista que la envío al completo junto con la primera entrega. Me faltan palabras para presentar este último trabajo, dada la importancia del tema y la continua superación observada a lo largo del conjunto que nos ha regalado.



NOVENA PREGUNTA Y RESPUESTA:

Alfredo:

Si como dices, se acercan cambios tan tremendos en la Realidad que conocemos, me pregunto:

¿Cómo debemos prepararnos para afrontar esos cambios? Porque yo quiero vivir para contarlos.


El Escriba:


Ya di explicaciones sobre esto, en mi libro “La Cuarta Dimensión”, llamando la atención sobre la luz de nuestras Almas, el cuerpo eléctrico, la Voluntad, el aura, el cuerpo astral... todos estos términos significan lo mismo.

Pero si quieres más luz sobre lo que el Universo espera de ti, para acomodarte a sus cambios, voy a dártela.

Vamos a profundizar un poco más en lo que ya sabes, para que puedas entender cuál es tu deber en estos tiempos finales.

Si ya has comprendido:

* Que Espacio y Tiempo son las dos caras del Universo.

* Que todo tiene dos caras, todo se forma con Espacio y Tiempo.

* Que es el Tiempo quién alimenta el desarrollo del Espacio.

* Que el Espacio es de naturaleza material, magnética.

* Que el Tiempo es de naturaleza inmaterial, eléctrica.

* Que todos somos a la vez magnéticos y eléctricos.

* Que la energía que hace crecer el Universo es Memoria.

* Que la Memoria tiene presencia física.

* Que tenemos dos Memorias, la del Espacio y la del Tiempo.

* Que la Memoria del Espacio, es nuestra Razón, material.

* Que la Memoria del Tiempo, es nuestra Voluntad, inmaterial.

* Que el Espacio es Razón, materia ordenada, sin movimiento, sin vida.

* Que el movimiento del Espacio se debe a la electricidad de la Voluntad.

* Que la Atención es Eterna, es el Libre Albedrío, es la Vida.

* Que todos somos fragmentos de DIOS. Fragmentos de Su ATENCIÓN,
Su Razón y Su Voluntad

* Que todos heredamos de DIOS Padre, la Atención.

* Que todos heredamos de DIOS Hijo, la Voluntad.

* Que todos heredamos de DIOS Madre, la Razón.

* Que el Espacio Universal es la Razón de DIOS, La Madre.

* Que el Tiempo Universal es la Voluntad de DIOS, El Hijo.

* Que el origen de DIOS Madre, el Dos, y de DIOS Hijo, el Tres, está en
DIOS PADRE; EL UNO.


Si has comprendido todas estas cosas, ya has dado un gran salto en el Tiempo, en tu camino hacia la perfección, hacia la inmortalidad.

Pero, yo no puedo llevarte hasta el fin de tu viaje. Nadie puede hacerlo, porque paso a paso has de recorrer tu camino, construyendo tu propia memoria del Espacio y del Tiempo, con ella, tendrás conciencia de tu Reino, el Reino que por herencia te corresponde, El Reino Eterno de DIOS.

Todo lo que puedo hacer es guiarte, como debe hacer el hermano mayor con el más pequeño. Entre todos mis deberes, este es el primero.

Tampoco puedo decidir por ti, yo, sólo puedo guiarte con mi palabra y mi ejemplo, la responsabilidad de tu elección será tuya.

Debes aprender a discernir, entre la Oscuridad y la Luz, entre la Muerte y la Vida, entre Espacio y Tiempo.

En el Universo, sólo hay dos caminos:

El camino del Espacio y el camino del Tiempo. El camino del Espacio conduce a la oscuridad, el frio, la rigidez, la Muerte.

El camino del Tiempo conduce a la Luz, el calor, el movimiento, la Vida.

El camino del Espacio, es el que sigue la Razón, quiere tenerlo todo y disfrutarlo todo, antes de morir. Es el camino del dolor y acaba en la muerte.

El camino del Tiempo, es el que sigue la Voluntad, no le place el presente, quiere saber lo que hay más allá. Es el camino del deber que trasciende la Muerte.

Quién elige este camino, deberá conformarse con el placer que producen las cosas bien hechas, el placer de hacer felices a los demás, de sacar provecho a los días, llenándolos. El placer de volver de una vida con las manos llenas de buenas obras.

La Atención, el Libre Albedrío, en medio de la Razón y la Voluntad debe elegir entre ir hacia delante, hacia el Tiempo o ir hacia atrás, hacia el Espacio.

Esta no es una elección dramática entre la vida y la muerte, porque en verdad, no podemos morir.

Pero quién vive por el placer, por el placer morirá y tendrá que nacer y empezar de nuevo, con más experiencia y cierto retraso. Como un estudiante que debe repetir curso.

Si escoge el camino del placer, no necesitará un guía, porque encontrará muchos por el camino.

Si escoge el camino del deber, el camino de la Voluntad, es tan duro y solitario como la responsabilidad.

Si quiere complacer a la Razón y a la Voluntad a la vez, dando un paso atrás y otro adelante, sin avanzar ni retroceder, puede llegar a un enfrentamiento extremo entre sus dos memorias, la del Espacio y la del Tiempo, puede sufrir trastornos de doble personalidad.

El único camino razonable, es el del Tiempo, porque en él, estamos inmersos, atrapados, en un viaje hacia el futuro.

Decidir el camino a tomar, parece un simple problema de elección, fácil de solucionar, pero la cuestión se hace más compleja, cuando uno se propone andar el camino de la Voluntad y la Razón se niega. Es entonces cuando se comprende, que la Razón es como una bestia tozuda, que sólo se deja gobernar por la fuerza, por el Poder de la Voluntad.

Todos tenemos dos caras, dos personalidades opuestas, como el Dr. Jekill y Mr. Hyde, una es la Voluntad, la otra, la Razón.

Dos memorias opuestas, la del Tiempo y la del Espacio, enfrentadas, en tensión permanente, con la Atención en medio de ambas, intentando hacerlas caminar en la misma dirección.

Una quiere dirigirse al Espacio, quiere vivir en el pasado, en lo conocido, donde se siente segura.

La otra quiere dirigirse hacia el Tiempo, quiere vivir en el futuro, donde piensa ser libre.

Una resulta ser conservadora, no le gustan los cambios, la otra resulta ser progresista, quiere cambiarlo todo.

Son nuestras dos caras.

Femenina y masculina, izquierda y derecha, negativa y positiva. Una prefiere recibir, que le regalen y la otra prefiere dar, hacer regalos. Una quiere ocupar el espacio, ordenarlo a su antojo, embellecerlo, enriquecerlo, porque ella adora la seguridad. La otra quiere ocupar el tiempo, proyectarlo, ordenarlo, dirigirlo, creando, construyendo, sembrando...


La Razón es una Fuerza, la Voluntad es un Poder.


La Atención necesita a la Voluntad, como intermediario necesario, para dirigir a la Razón.


La Atención, ordena a la Voluntad

La Voluntad, manda a la Razón.

La orden es eléctrica, su ejecución es magnética.



La dualidad que hay en todos nosotros, representa la dualidad Universal, y la veremos reproducida, en parejas, hermanos, familias, partidos, pueblos, países...
En todo, encontraremos esta dualidad, en la propia Humanidad, en todo el Universo; dualidad reflejada en la oscuridad, propia del Espacio y en la Luz, propia del Tiempo.

Tras muchos intentos y muchos fracasos, lograrás que tu Razón se vea subordinada a tu Voluntad y tu Voluntad a tu Atención.
El Poder y la Fuerza estarán bajo tu dominio, habrás ordenado cada cosa en su sitio.


Yo Soy la Atención, Soy el Principio Creador.

Yo Soy la Voluntad, Soy el maestro de obras.

Yo Soy la Razón, Soy el obrero.



Para lograr vivir erguido, majestuoso, tienes que estar dispuesto a librar una batalla contra tu parte más oscura, y debes saber cómo librarla.

Para vencer el “ Mal ” en ti mismo, debes conocer al enemigo antes de empezar la lucha, o fracasarás, porque su astucia no tiene límites y conoce todas las artes del engaño.

En esta batalla, el enemigo no es ajeno a ti, sino que vives en él, es tu Razón, tu cara negativa, tu cuerpo y tu mente, la memoria que has heredado de tus antepasados, que pretende Ser por sí misma, sobrevivir más que nadie, poseerlo todo, procurarse la mayor seguridad y el mayor placer.

Para ello, no dudará en esclavizar a la Voluntad y a la Atención, que le dan el movimiento y la Vida.

La batalla será silenciosa, pues tendrá lugar en tu propio interior y serán, tan sólo tres, los participantes.

La Atención será el árbitro, el juez de paz, el Principio Rector, los otros dos, los contendientes:

Tu Razón, tu cara negativa, femenina.

Tu Voluntad, tu cara positiva, masculina.

Puesto que la Razón es mortal y la Voluntad es inmortal, no es una guerra a muerte, porque el vencedor necesita al vencido para gobernarlo.

Si la Voluntad vence, tendrá en la Razón un fiel servidor y será justo con ella.

Si vence la Razón, convertirá en esclavo a la Voluntad, que se verá obligada a servir al mayor de los tiranos. Sin su máscara, la Razón es un verdadero monstruo insaciable y sin alma, que la Iglesia ha confundido con un diablo. Pero en verdad, no existe ningún diablo peor que la Razón.

Por estar construida con Espacio, la Razón tiene el carácter propio del Espacio, es negativa, atrayente, absorbente, posesiva, celosa, todo lo quiere para sí misma y no suelta nada, por pequeño que sea, si no es para obtener a cambio, algo más grande. Es nuestra memoria magnética, que crece, sumando memoria.

Resulta ser tan envidiosa, que es capaz de tapar los logros ajenos, para que sólo se vean los propios. Es vengativa y cruel, incapaz de perdonar al más arrepentido.

Tiene miedo de enseñar lo que aprende, para saber más que los demás. Enmascara su saber, para que nadie copie sus métodos, y sus aclaraciones están llenas de oscuridades.

Con la Razón no se puede negociar, es hipócrita, tramposa y traicionera, haciendo promesas que no piensa cumplir. Cuando ve una injusticia, mira para otro lado, le asustan los problemas.

Le gusta verse atendida, reconocida, que la aplaudan, le regalen, le rindan pleitesía y a cambio, ella es cicatera, roñosa y desagradecida.

En todos los sentidos, la Razón, es enemiga de toda virtud, de toda disciplina.
Además de envidiosa, caprichosa y avariciosa, es soberbia, agresiva, abusona, glotona... y mucho más. Todo lo que es malo, falso e inútil, en este mundo, es obra suya, de su ignorancia, su envidia y su impaciencia.

La tarea de la Voluntad, es domar a la Razón, como se doma a un bruto que hará cualquier cosa por sobrevivir. Es domando todos los vicios de la Razón, como la Voluntad va adquiriendo sus propias virtudes.

Todas las Razones son iguales, no las hay mejores ni peores, todas son egoístas, insaciables y sin freno.


EL ÚNICO FRENO DE LA RAZÓN, ES LA VOLUNTAD.


Ver una Razón con mucha paciencia, nos indica, que la Voluntad que la habita, está frenando la impaciencia propia de la Razón.

Una Razón valiente nos indica que la Voluntad sabe frenar el impulso cobarde de correr, sin mirar atrás, propio de la Razón.

En momentos de peligro, la Razón huye a toda prisa, despavorida, histérica. Sólo una Voluntad con experiencia puede obligarla, para enfrentarse al peligro y tratar de ayudar a los demás.


En su estado natural, la Razón carece de toda virtud.

Cuando vemos virtudes en nuestros semejantes, no significa que han heredado una Razón mejor, sino que la Voluntad que la habita, es más firme, más poderosa, tiene más tiempo, mayor sabiduría. Lleva a su Razón bien atada, con bozal, para que ni tan siquiera hable, sin permiso de la Voluntad.

Hacen falta muchas vidas para construir la memoria de la Voluntad, y se necesita todo este tiempo para domar por completo a la Razón propia, pero la mayor parte de la Humanidad ha vivido suficientes vidas para lograrlo y ya no queda tiempo para otra vida más. Ya estamos al fin del camino, el Tiempo, está llegando a su final.

Mientras tanto, la mayor parte de la Humanidad sigue dormida, soñando con la seguridad y el placer, van corriendo hacia la oscuridad del Espacio, alejándose de la Luz del Tiempo.

Si no logramos despertarlos, si no toman conciencia de la necesidad urgente de poner la Razón al servicio de la Voluntad, si no afrontan la guerra en su interior, la guerra incruenta, pueden verse obligados a librar otra guerra, contra la Razón de sus hermanos, será ésta una guerra entre Razones, una guerra cruel, a muerte.

Para intentar evitarlo, en penúltima instancia, llamo a la Atención de todos los primogénitos, de todas las familias que forman la Humanidad.

Sobre ellos recae la mayor responsabilidad

Yo solo, no puedo despertar a la Humanidad, estando rendida y complacida a los pies de la Seguridad. Por ello, es deber de los mayores, ayudarme a intentarlo, por el bien de todos, de toda la Humanidad.

Nadie se salva a sí mismo. No os empeñéis en ello. Empeñaos en salvar a vuestros hermanos, así, vosotros mismos, recibiréis la ayuda necesaria para poneros a salvo.

En el tiempo presente, esta es la tarea más importante y necesaria: darle la vuelta a nuestra Razón y armarnos de paciencia, para acercar la Luz a los más sedientos y saciarlos, si es preciso, de uno en uno.

Pero no podemos despertar a ninguno, si antes, no logramos la victoria sobre nuestra Razón, obligándola a presentar su mejor cara, limpia, mansa, humilde, portadora de Luz, de Sabiduría.


Tan difícil resulta despertar a un hermano, como darle la vuelta a nuestra Razón, para que deje el camino de la Oscuridad y tome el de la Luz.

La cara negativa de la Razón, no es una sola, está construida con muchas caras menores, de modo que, al quitarle su máscara, encuentras otra debajo, y debajo de esta, aparece otra y otra, y otra cada vez más pequeña. La tarea de la Voluntad, es quitárselas todas y darles la vuelta.

Para lograrlo hay que conocerla a fondo. Tenerla ocupada.

Nuestra Razón, nuestra conciencia del Espacio, es nuestra memoria superficial, se renueva con frecuencia y funciona por hábitos, le gusta repetir lo que sabe y moverse en terreno conocido, donde se siente más segura. No le gusta arriesgarse, ni siquiera para aprender algo nuevo, porque le horroriza el fracaso ante los demás.

Vive y aprende por imitación, le gusta imitar a quién más sobresale, a quién vive sobre los demás, al que mejor sobrevive.

Ya sabemos, que a pesar de su nombre, la Razón no razona, no se toma el tiempo necesario, no reflexiona antes de actuar, se limita a reaccionar para sobrevivir. A la hora de hablar, ella, habla la primera, sin dar tiempo a la Voluntad. Al oír cualquier palabra, con relación a su memoria, reacciona interrumpiendo, para dar su opinión.

Es nuestra memoria reactiva, autónoma, se interesa por los asuntos cotidianos que suceden en el Espacio, su seguridad, su bienestar, los movimientos entre sus vecinos, quienes mueren, quienes nacen, sus quehaceres, costumbres, amistades, fiestas, viajes de placer... no le interesa el saber profundo, no lo necesita para moverse por el Espacio.

La seguridad y el placer, son sus metas y para alcanzarlas, no dudará en mentir, robar, esclavizar y hasta matar, culpando de ello, a los demás.

Es tan envidiosa, que sueña con verse envidiada. Es mentirosa hasta la exageración, nunca dice la verdad, por miedo a las consecuencias, siempre dice lo más conveniente, para sobrevivir mejor.

Es celosa, insegura, pendenciera y exigente con los demás, pero nunca consigo misma. Sólo ve, la cara negativa de todas las cosas.

Es chismosa, alarmista, alcahueta y tergiversadora.

Es una fuerza ciega, sin freno, dispuesta a todo por sobrevivir, que vive asustada, por su miedo a morir, a perderlo todo.

Ante este enemigo tan formidable, la Voluntad no se encuentra desarmada, tiene el poder necesario para ver sometida a su Razón, hasta la obediencia sin réplica.

La Voluntad, el par opuesto de la Razón, tiene latentes todas las virtudes positivas que se presentan negativas en la Razón.

Si la Razón tiene muchas caras negativas, su par opuesto, la Voluntad, las tiene todas positivas, de modo que la Voluntad, ha de darles la vuelta, una por una.

Siendo positiva la Voluntad y negativa la Razón, ambas tienen también su par opuesto, es decir:

La Voluntad, también tiene dos caras, es positiva y negativa, pero de frente es positiva, y hay que forzarla y buscarle la vuelta para ver su cara negativa.

La Razón, también tiene dos caras, es positiva y negativa, pero de frente es negativa y hay que forzarla y buscarle la vuelta para ver su cara positiva.

La Voluntad ha de ponerle las riendas a una fuerza ciega, sin freno, con memoria propia, que aprende por si misma, sumando más memoria en cada generación, con la intención de vivir mejor.

También la Voluntad vive dando pasos en cada vida, dando la vuelta a las caras negativas de la Razón, invirtiéndolas, poniendo de frente sus caras positivas, haciendo de cada vicio una virtud.

Puesto que la Razón funciona por hábitos, hay que invertir los negativos en positivos. Hay que enseñarla a conformarse con lo justo y necesario. Decirle ¡No¡ cuando pide más, forzarla para que haga sus deberes con la mejor cara. Sin negociar con ella, al cabo de poco tiempo se rendirá, y habremos ganado otra pequeña batalla, hasta la victoria final, cuando la Razón no se adelanta, porque va detrás de la Voluntad.

Tan necesario es conocer bien a la Razón como a la Voluntad. A la Razón no le gusta trabajar. El trabajo, bien hecho, es propio de la Voluntad.

Recuerda ahora, que la Razón es el cuerpo material, que heredamos de la Madre, para reconocer este mundo y llevarnos memoria de la Realidad que es el Espacio, el Universo. A este cuerpo de Espacio, le encanta, la Seguridad.

La Razón, nuestro cuerpo visible, material, magnético, ya lo conocemos, a la vista está: es lento, pesado, frágil, se cansa con facilidad, sufre de hambre, sed, miedo, frío, calor, enfermedad, se deteriora rápidamente, es hijo del Espacio, la Muerte.

La Voluntad, nuestro cuerpo invisible, inmaterial, eléctrico, que heredamos de DIOS HIJO, para conocer la Realidad que es el Tiempo, ama por encima de todo, la Libertad.

Si te preguntas por la presencia y las funciones de tu cuerpo eléctrico, considera que tu Razón y tu Voluntad, es decir, tu cuerpo material y tu cuerpo inmaterial, son opuestos, de modo que, si observas las características de uno, puedes desvelar las del otro. Contando, que uno sirve para moverse por el Espacio y el otro, para moverse por el Tiempo.

Voy a revelarte algo sobre su funcionalidad, para que reflexiones sobre la realidad que es tu Alma, tu Voluntad, construida con Tiempo, que es Luz, electricidad, memoria.

Resulta ser un cuerpo bellísimo, de luces vivas, variables, una asombrosa sinfonía de Luz y Color vibrante, en movimiento espiral.

Aunque la Luz parece que tiene densidad, por estar compuesta de muchas luces, es del todo inmaterial, de modo que tu cuerpo eléctrico es tan ligero como la Luz, que no pesa nada, es tan veloz como el Tiempo, se mueve a la velocidad de la Luz, no se cansa, no sufre de hambre, ni de sed, ni teme a nada, no le afecta ni el frío ni el calor, no conoce el dolor, no enferma, no envejece, es siempre joven, es Inmortal.

La Voluntad, nuestro cuerpo para conocer la Libertad, hecho de Tiempo, de Luz, resulta invisible a los ojos de la Razón estando a su alrededor.

Mientras vivimos en el Espacio, no podemos ver la electricidad, la Luz que procede del Tiempo, tan solo podemos ver el reflejo de la luz en el Espacio, pero la Luz misma, no podemos verla.

La Voluntad se construye con Luz, con Tiempo, que es memoria. El tiempo que resta para el desarrollo del Espacio, es la memoria que nos falta para terminar el desarrollo de la Voluntad.

Fuera de este Universo en desarrollo, reina la Luz de la Eternidad, allí sí puede verse la luz del Tiempo, la luz de la Voluntad. De allí venimos a por luz y allí volvemos, con ella, o sin ella.

Voy a darte Alfredo, el conocimiento necesario para que puedas visualizar la realidad que es tu Voluntad.

Ya te he explicado que tu Razón está construida con Razones menores. Si has entendido esto, te resultará más fácil comprender que tu Voluntad, está construida con Voluntades menores, es decir:

Tu cuerpo físico es un Espacio, una Razón, construida con Razones menores, que son los órganos, que tienen función propia, movimiento propio. Lo cual te indica que tienen Voluntad propia, campo eléctrico, o cuerpo de Luz.

De igual modo que la Razón, el cuerpo material, está formado por órganos materiales, magnéticos.

También la Voluntad, el cuerpo inmaterial, está formado por órganos inmateriales, eléctricos.

Cada uno de tus órganos materiales,está formado por células materiales, y cada célula, además de Razón, tiene movimiento propio, tiene Voluntad, cuerpo de Luz, eléctrico, inmaterial.

Igual sucede con las moléculas que forman las células, los átomos que forman las moléculas, y las partículas que forman los átomos.

Todas las Razones que forman tu cuerpo físico, además de Razón, tienen Voluntad, campo eléctrico, cuerpo de Luz.

Para que te hagas una idea de cómo se ven juntas, la Razón y la Voluntad, a cierta distancia, observa el Sol. Cuando miras al Sol, la luz, no te permite ver su cuerpo físico. Igual sucede con la luz de la Voluntad, que sólo deja ver a la Razón como una sombra en su interior.


LA RAZÓN ES COMO UNA SOMBRA DENTRO DE LA VOLUNTAD.


Observar la Voluntad a corta distancia, es un espectáculo impresionante. El campo eléctrico que te rodea, está formado por los campos eléctricos de tus órganos, en cuyo interior vibran los campos eléctricos aun más pequeños y más veloces de las células, que también están formadas a su vez por otros más pequeños todavía y más veloces aun, que corresponden a las moléculas, en cuyo interior pueden verse los campos eléctricos de los átomos y dentro de estos, los de las partículas subatómicas, los más pequeños y los más veloces. Todos, tienen su propia Luz.

Si el cuerpo físico, resulta hermoso en sus mejores años, el cuerpo de Luz, es una visión extraordinaria, un orden de luz y color de una riqueza inaudita, donde la vida, late por doquier, cada órgano se distingue de los demás, por su luz, su color, sus matices; latentes, cambiantes, variables en su intensidad.

Cualquier anomalía, cualquier disfunción orgánica en la Razón, se ve de inmediato en el cuerpo de Luz. Hasta los pensamientos, tienen su efecto visible en la luz y el color de los órganos.

Los ojos eléctricos de la Voluntad pueden ver en el interior de las cosas, nada queda fuera del alcance de la visión de la Voluntad. Puede dejar momentáneamente el cuerpo físico, para moverse a la velocidad de la Luz, puede acercarse a lo más lejano en un instante y en otro instante puede acercarse a las profundidades de la materia, del mundo microscópico, para observar la magia de los mundos interiores, las células, las moléculas, los átomos, las partículas... todo está al alcance de su visión eléctrica. Su oído puede escuchar el colapso de una estrella lejana, o el movimiento vertiginoso de un electrón. Su tacto, toca la memoria de las cosas, se siente en Unidad con todo cuanto toca, aprende por simple contacto. Su olfato puede discernir el rastro que deja cada memoria sin contar el tiempo trascurrido, porque el tiempo no se mueve en la Eternidad...

En esta dimensión, sí que se mueve el tiempo, y tenemos limitado el espacio para profundizar más en el poder extraordinario de los sentidos propios de la Voluntad.

Sin embargo, el Espacio, no supone ningún obstáculo para la Voluntad. Ella está construida para reinar sobre el Espacio, la tercera Dimensión.


LA CONQUISTA DE LA VOLUNTAD ESTÁ EN EL TIEMPO.


Entiende que poder moverte a la velocidad de la Luz, te da dominio sobre el Espacio. Pero recorrer el Tiempo del Universo, desde su primer instante, hasta el último, aunque puedas viajar a la velocidad de la Luz y aunque seas Inmortal, necesitas miles de millones de años para recorrerlo en línea recta, y mucho más, para recorrerlo en espiral y cobrar Memoria de la realidad, que es la Cuarta Dimensión, la Eternidad.


No es suficiente ser Inmortal y moverse a la velocidad de la Luz,

para conocer y cobrar memoria de la Grandeza de DIOS.

Por eso, eres Eterno.


Para disfrutar de tu cuerpo de Luz y conocer la Libertad que reina en la Eternidad, debes centrarte primero en terminar de domar el cuerpo que disfrutas ahora, creado para conocer el Espacio, la Seguridad.

No te rindas tú, ante tu Razón, la sombra de tu Voluntad, resiste sus impulsos negativos, dales la vuelta y si lo ves necesario, átala, hasta que la veas rendida, a los pies de tu Voluntad.

La Voluntad, está hecha para doblegar a la Razón. Nuestra cara positiva, luminosa, nuestra memoria eléctrica, es, por su propia naturaleza, positiva, inocente, reflexiva, razonable y sincera. Aprende por entendimiento, y logra la excelencia con la práctica. Su razonamiento se atiene a la lógica, al sentido común, no teme equivocarse porque aprende de sus propios errores. Es franca, veraz, generosa, eficiente, inteligente, comedida, vergonzosa, limpia y alegre, ve la cara positiva de las cosas, es temeraria, es valiente, protectora, sabe estar callada, sabe sacrificarse, le cuesta rendirse, sabe perdonar y tiene inspiración propia...

Al contrario que la Razón, siempre envidiosa, la Voluntad es feliz haciendo felices a los demás, disfruta con sus alegrías, se entristece con sus desgracias, y se rebela ante la injusticia.

No debemos juzgar con dureza a nuestros semejantes, cuando su comportamiento es reprobable. Hay que entender que no saben todavía frenar a su Razón, porque son Voluntades muy jóvenes y necesitan, a su lado, una Voluntad más vieja para enseñarles a conducirse y a frenarse.

Toda Voluntad, por vieja que sea, también ha sido joven, incapaz de frenar a su Razón. Hay que darle su oportunidad de aprender a la Voluntad más joven.

La clave para vencer esta guerra tan particular, está en la Atención, ella está en medio, entre la Razón y la Voluntad. Ella es la Fuente de la Vida, tanto para la Razón como para la Voluntad, de modo que, si la Atención, atiende a los impulsos negativos, propios de la Razón, la Razón se saldrá con la suya. Si por el contrario, la Atención, atiende los impulsos positivos, propios de la Voluntad, la Razón no tendrá ninguna opción.

La Voluntad, siendo de naturaleza eléctrica, no se conforma con lo material, como la Razón. Ella se alimenta de Luz.


La Luz es la Verdad, la Verdad es Perfección, la Perfección es la Vida.

La Voluntad disfruta con las cosas verdaderas, buenas y útiles, se complace ante las cosas bien hechas, el Amor, el Saber, las buenas obras, una bella composición musical, una buena obra artística, un paisaje hermoso, la sonrisa de un niño, el perfume de las flores, el canto de las aves, el silencio de los peces...

Sin embargo, la Razón, que nunca tiene bastante para si misma, a la hora de la verdad, cuando se ve obligada, se conforma con pan y agua si la dejan vivir, y en esta condición ni se atreve a protestar.

Concluyendo:

El Tiempo, la Suprema Voluntad, no te permitirá pisar la Eternidad, antes de morir, si tu Voluntad no le ha dado la vuelta a tu Razón, para presentarla domada: mansa, humilde, paciente y obediente.

Aún me falta un último consejo relacionado con tu deseo de prepararte para el Fin de los Tiempos.

Dice así:


Aquel que tomara la Razón de otro, perderá la Razón propia,
porque nadie puede servir a dos señores a la vez.



Estas palabras fueron, son y serán, vigentes.

Te explico:

Los dos señores a la vez, son La Razón y La Voluntad.

Ya sabes qué Razón y Voluntad, son opuestas, es decir, que el fortalecimiento de una, significa o implica, el debilitamiento de la otra.

La Razón vive saludable, si la alimentamos con los frutos saludables de la Tierra, como las frutas y las semillas. Pero si alimentamos a nuestra Razón propia, con otra Razón, muerta, oscura, fría, rígida, sin campo eléctrico; entonces, nuestra Razón se fortalece y, en consecuencia, se debilita la Voluntad.

Si has elegido el camino de la Voluntad, debes reconocer esta debilidad de la Razón por la carne muerta y sus consecuencias para la Voluntad.

Si a un niño, lo alimentamos con carne, le gustará la carne, de hecho, a la Razón le gusta la carne, no en vano está construida con la memoria de muchas generaciones, cuyos hábitos y forma de vida eran la guerra, la crueldad, la esclavitud, la muerte, la carne y la sangre.

La educación es muy importante y los hábitos de una mala educación hacen más difícil la tarea de la Voluntad.

Por ello, no es la Razón de vuestros hijos a quién hay que educar, la memoria de la Razón es inconstante y superficial, olvida pronto lo que no atañe a su propia supervivencia.


La Razón, aprende imitando al más fuerte.
Aprende, imitando el ejemplo que ve en sus mayores.



A quién hay que educar es a la Voluntad de vuestros hijos, para que sepan, por si solos, frenar el desenfreno propio de la Razón.

Alimentando todos los caprichos de su Razón, fortalecéis la Razón de vuestros hijos y debilitáis su Voluntad.

Les hacéis, pues, un flaco favor, entregándoles al duro proceso que es la vida, con una razón caprichosa y desenfrenada, sin una Voluntad educada, resuelta y firme, para ponerle freno.

Para terminar, voy a recordarte otras palabras, verdaderas, que siguen estando vigentes y pertenecen a quién fue crucificado por decir quién era Él, en verdad: El Hijo de DIOS.

DIOS HIJO, encarnado, la Suprema Voluntad de DIOS PADRE, que fue, es, y será, por siempre, nuestro Padre, el Padre de nuestra Voluntad,

Dijo estas palabras:


EL QUE CREA EN MÍ NO MORIRÁ.


Entre hombres primitivos, no podía ser entendido, pero su afirmación es verdadera y exacta, tú ya puedes comprenderla.

Siendo Él, el Padre de toda Voluntad, siendo nuestra Voluntad, suya, antes que nuestra, creer en ÉL, es creer en nuestra propia Voluntad. De modo que, quién crea en su propia Voluntad, se subirá encima de su Razón y hará de ella un humilde y manso servidor.

¿Por qué es esto tan importante?

Porque esta generación vivirá el Fin del Tiempo,


pisará la Cuarta Dimensión, sin tener que morir.

Precisamente, la generación que ha olvidado su origen y su destino.


Porque su Palabra se verá cumplida.

En su nombre, te recuerdo SU PALABRA,

y como tu hermano mayor, Alfredo,

te doy también la mía.


Los mansos, poseerán la Tierra.

Los humildes, los limpios de corazón... finalmente...

verán a DIOS



Fin de la Respuesta y de la segunda Entrega.


Queda abierto un tiempo de reflexión, maduración y práctica de lo que en estos extraordinarios trabajos se nos ha recordado. Y que la Atención decida…

Os envío el deseo, de encontrarnos todos más positivos a la vuelta del verano… Por mi parte, seguiré estando a vuestra disposición porque en esta tarea no cabe descanso.

Como dice El Escriba, después de llenarse toca vaciarse.

Estad alerta para poner en práctica lo aprendido, ya sabéis que el conocimiento se convierte en Sabiduría cuando damos nuestra comprensión a quién tiene hambre de saber.

Fortalecer e inspirar a quién nos pide, es la siembra que a la postre nos trae más fortaleza y mayor inspiración.

Termino, agradeciendo a todos los que han enviado sus evaluaciones, muestras de apoyo, dando gracias por los envíos, las cuales no puedo por menos que redirigirlas al Escriba, uniendo a ellas mi más profundo agradecimiento. Extendiéndolo también a todas las personas conscientes de la realidad que vivimos y que han colaborado desinteresadamente en su difusión, trabajando por el progreso del Alma, de todas las Almas.

Un fraternal abrazo.

Alfredo



PD: se ha separado esta Respuesta del conjunto completo que se envía por correo electrónico, al único objeto de facilitar la búsqueda del información en el Blogg.

sábado, 11 de julio de 2009

ENTREVISTA al ESCRIBA. Octava pregunta y Respuesta

por Alfredo López Cruzado

Sábado, 11 de julio de 2.009.

Querido/a y distinguido/a amigo/a:

Una vez más, te adjunto un nuevo resultado de la Voluntad del Escriba, la OCTAVA RESPUESTA, que sigue en la misma línea de esclarecer conceptos e ideas y eliminar dudas e incertidumbres tan viejos como la misma Humanidad…

OCTAVA PREGUNTA Y RESPUESTA:

Alfredo:
Ya comprendo que no podemos morir, ahora entiendo el significado de la palabra Muerte. Puedo definirla como Razón sin Voluntad, Espacio sin Tiempo ó Magnetismo sin Electricidad. Me da cierta tranquilidad, saber que de mi paso por este mundo, me llevaré mi memoria del Tiempo. Mi Saber.

Ahora, me gustaría que dieras un poco de luz al significado de otras dos palabras. Se trata del Bien y del Mal

¿Qué relación tienen? ¿Podemos erradicar el Mal?
¿Puede existir el Bien sin el Mal?

El Escriba:

Para comprender el verdadero significado del Bien y del Mal, es necesario profundizar un poco más, en el estudio de la Razón y la Voluntad.
El significado comúnmente aceptado de estas dos palabras, resulta equívoco.
El Bien y el Mal, no son dos cosas diferentes, no son dos cosas separadas, sino dos cosas inseparables. Son las dos caras de la misma Unidad, las dos caras de uno mismo, las dos caras de la Realidad.

Todo ser vivo en el Universo, se muestra con dos caras, dos perfiles: el izquierdo y el derecho. Ambos son opuestos, y a la vez, complementarios.

Todos somos a la vez:
Negativos y Positivos, o dicho de otro modo, Femeninos y Masculinos, o Malos y Buenos, o Magnéticos y Eléctricos, o Razón y Voluntad, o de otro modo, todos estamos construidos con Espacio y Tiempo. Todos somos Visibles en la Razón e Invisibles en la Voluntad.

Todos estos términos significan lo mismo. Expresan la Dualidad que todos heredamos de DIOS.

En la Creación Universal, todo tiene dos caras, todo está formado con dos polos opuestos. Hay un par de opuestos en todo ser vivo, en toda Unidad con movimiento propio, en todo Ser autónomo.

Uno sólo no puede existir sin el otro.
Uno sólo, no puede moverse sin el otro.
Uno sólo, no puede crecer sin el otro.


Es decir, el Espacio no puede existir sin el Tiempo, no puede moverse ni puede crecer.
Ni puede existir la Razón sin la Voluntad, el Magnetismo sin la Electricidad, el Negativo sin el Positivo, el Mal sin el Bien, lo Femenino sin lo Masculino. Porque la Realidad es Dual, todo está construido con un par de opuestos.

Nuestra Razón propia, nuestro cuerpo material, es una Unidad y es dual, construida con pares opuestos que resultan ser complementarios.
Estamos construidos con dos mitades, todo es par y todo tiene su opuesto. Podemos observarlo en nuestros sentidos, en nuestro corazón, nuestro cerebro, nuestros órganos y nuestros miembros. La pierna izquierda necesita la derecha. La mano izquierda necesita su par opuesto. La mandíbula superior no sirve de mucho sin la inferior. Nada es viable sin su par opuesto.

Una Sola y Única LEY, rige en todos los planos de la existencia, desde las partículas subatómicas. Desde la Escala Menor hasta la Escala Mayor, en todo el Universo.

Aunque pertenecen a escalas diferentes, una partícula subatómica, vive y funciona de modo semejante a nuestro Planeta, en cuanto que ambos tienen Razón, Voluntad y Atención, es decir, Masa Específica, Campo Eléctrico y Spin o Libre Albedrío. Ambos se dirigen a sí mismos, por sí mismos. Son Unidades formadas por pares opuestos y cada par, está formado a su vez por otro par más pequeño.

Lo mismo sucede con nosotros, con nuestra Razón y nuestra Voluntad. Un par opuesto en el que cada parte está formada a su vez, por un par menor, y cada par, está formado a su vez por otro par de opuestos, aún más pequeños y así sucesivamente, hasta la Unidad más pequeña, que no se puede partir en dos.
Podemos observarlo en un imán, que al romperse forma dos mitades opuestas y al romper cada mitad, se forman dos nuevas mitades, también opuestas. Podemos romperlo muchas veces, hasta la partícula menor, que es indivisible y también tiene sus dos caras opuestas: Magnética y Eléctrica.

Esta es la Realidad en la que vivimos.
Espacio y Tiempo. Razón y Voluntad, Magnetismo y Electricidad.


Está Realidad hace crecer el Universo;
Lo Negativo crece Pidiendo más. Sumando.
Lo Positivo crece Dando más. Restando.
La Razón siempre está pidiendo.
La Voluntad siempre está dando.


Al principio de cada vida, cuando somos niños, tenemos más Razón que Voluntad, más Fuerza y menos Sabiduría, más memoria del Espacio que del Tiempo. A lo largo de la vida, la Razón se va agotando y va creciendo la Voluntad, la memoria del Tiempo. Al final de la vida, tenemos más Sabiduría y menos Fuerza. Tenemos más Voluntad que Razón.

La Tierra y el Sol son ejemplos de Razón y Voluntad.

La Tierra es negativa, tiene más Razón que Voluntad, más masa específica que campo eléctrico, o de otro modo, más magnetismo que electricidad.
La Tierra es Razón, La Razón DA MENOS Y PIDE MÁS.
Al tener Más Razón y Menos Voluntad podemos decir que la Tierra es joven en Voluntad.

El Sol es positivo, tiene más Voluntad que Razón, más campo eléctrico que masa específica, o de otro modo, más electricidad que magnetismo.
El Sol es Voluntad. DA MÁS Y PIDE MENOS.
Es más viejo, más rico en Tiempo, en Voluntad.

No es igual un baño de sol, Eléctrico que un baño de luna Magnético.
Un baño de Sol, es un baño de Voluntad, positivo.
Un baño de luz lunar, es un baño de Razón, negativo.

La Luna no tiene Atención, no atiende al Sol, no tiene movimiento propio, no tiene Voluntad, por tanto, no tiene campo eléctrico. Es tan solo, Razón, sólo tiene campo magnético.

Aquellos que como el Sol, dan más y piden menos, son las Almas más viejas.Por su propia Voluntad, están más cerca de la Inmortalidad. En un futuro muy próximo, serán ellos, la vanguardia de la Nueva Humanidad.

¿Podemos decir que el Planeta, la Razón planetaria, es Mala y Egoísta, porque quiere para sí misma toda la energía, toda la materia que puede atrapar?

Nos equivocamos al juzgar las apariencias, porque, lo negativo no es el Mal, sino la Fuerza que hace crecer el Espacio, la Razón, que por su naturaleza y necesidad es Negativo.

Es un Principio Universal que la Razón crezca tomando y la Voluntad dando.

Hay que entender que la Razón es como es. Que todas las Razones son iguales, todas están dispuestas a “robar “ para vivir.
La Ley que rige la supervivencia y el desarrollo del Espacio, la Razón, es la ley del más fuerte. La Razón sólo se deja gobernar por la Fuerza. Lo comprobaréis cuando os decidáis a gobernar vuestra propia Razón.

El más fuerte se sirve del más débil, para sobrevivir.

Aunque está verdad nos parezca una violación del Principio de Justicia Universal, La Igualdad, y nos dé la impresión de que El Creador resulta ser duro y despiadado, esta es una falsa impresión.
Hay que recordar que todo tiene dos caras y esta verdad las tiene también:
En la pirámide que forman las Especies, los grandes depredadores están en el vértice y las Especies más débiles están en la base, de modo que, la Especie superior vive de la inferior. Este abuso del fuerte sobre el débil es una realidad aparente que nos resulta incomprensible, hasta que entendemos que el Plan que la sustenta es Perfecto.

Para entenderlo, hay que considerar:

Primero: Cualquier especie de la Pirámide de la vida, es Razón y como tal, está dispuesta a tomar para sí misma, todo el Espacio que ha de compartir con las demás.
De modo que, todas las Especies necesitan un freno que les impida multiplicarse más allá de lo razonable. Este es el papel de las Especies depredadoras. El depredador superior frena el desarrollo del inferior, hasta los límites razonables que la Especie se puede permitir, de modo que pueda mantenerse en todo el Sistema su equilibrio natural.

La Especie Humana es la excepción, ella es diferente a todas, ella no tiene lugar propio en la Pirámide de las Especies, no tiene depredador natural, porque ella es el Guardián de la Pirámide.

En efecto, en todas las Especies, Una sola Voluntad es compartida por todos los miembros de la Especie. Sólo la Voluntad Humana es Individual y la memoria de cada Ser humano es propia y única, como su Responsabilidad.

Segundo: A las Especies que ocupan la base de la Pirámide, las consideramos las más débiles y a las que ocupan el vértice, las consideramos las más fuertes, las que mejor sobreviven. Pero esta apreciación es errónea.
En realidad, confundimos fuerza con riqueza, Fuerza con Poder o Espacio con Tiempo. Es decir:
La Especie que consideramos más débil, la más pequeña, es en realidad la más rica, en cuanto que es capaz de multiplicarse a mayor velocidad y puede permitirse el lujo de pagar el tributo que la Especie superior necesita para sobrevivir. A su vez, la Especie superior es también más rica y se multiplica a mayor velocidad que la Especie a la que sirve de sustento, y así sucesivamente…
De modo que, son las partículas subatómicas las especies más pequeñas, las más veloces y las más ricas. Ellas son como el Sol, tienen más electricidad que magnetismo y son el sustento de los átomos, fundamentos de la materia. Desde el más pequeño, el átomo de Hidrógeno, la especie atómica más veloz, más rica y por tanto, la más abundante del Universo. Ella sustenta, a su vez, a la Especie superior, el átomo de Helio, que a su vez, es más rica y más veloz que la Especie superior y así sucesivamente… Hasta las moléculas, menos ricas, menos veloces que los átomos, pero más ricas y veloces que las células a las que sustentan, etc.

El Principio o la Causa que hace posible la existencia de todas las Especies que forman el Universo es La Velocidad.
Al principio del Espacio, una Velocidad superior a la de la luz, anima la vida de las partículas más veloces que construyen materia.
Esta velocidad, propia de cada Especie, se va frenando, desde las Especies inferiores hasta las superiores y es ella (esta cesión de velocidad), la Fuerza que hace posible la manifestación de todas las Especies.
UNA SOLA VELOCIDAD MANIFIESTA EL UNIVERSO.

Las Especies que consideramos superiores, son en realidad las más pobres, las menos veloces a la hora de multiplicarse, de tener hijos, de perpetuarse.
Por tanto, son las Especies que consideramos inferiores, las más veloces, las que tienen más Voluntad que Razón, más electricidad que magnetismo, las especies más viejas, más ricas. DAN MÁS, como el Sol.
La Especies superiores, en el vértice de la pirámide, las menos veloces, las más pobres, tiene más Razón que Voluntad, más magnetismo que electricidad, son las especies más jóvenes. Reciben MÁS.

La Velocidad, sustenta el Universo.
La Velocidad da cohesión al Universo.
Magnetismo y Electricidad son dos Velocidades opuestas
que mantienen el Orden Universal.

La Masa del Planeta, su Razón, como toda Razón, es magnética, negativa, atractiva.

De modo que, cualquier cuerpo celeste que pase junto a ella, más pequeño, con menor poder de atracción, se verá arrastrada por ella, por su magnetismo, por su poder atractivo, y se verá integrado en su Memoria.
Por su propia naturaleza, la Razón, resulta ser de lo más Posesiva, puesto que todo lo quiere para sí misma, siempre está pidiendo más y más. Como ya sabemos.
Además, nunca veremos a una Razón satisfecha por mucho tiempo, porque en el Universo No existe el magnetismo de un solo polo. No existe lo positivo separado de lo negativo, de modo que, cuando una Razón recibe un MÁS, este viene siempre acompañado de su otra cara, un MENOS. Todo cuanto recibimos, por bueno o positivo que sea, siempre tiene también su cara mala o negativa.
Por ello, nadie verá su Razón propia, o cualquier otra, satisfecha, por mucho que reciba.
Como toda Razón, el Planeta no quiere, ni puede, desprenderse de nada material. Los cuerpos celestes menores que atrae para sí, la materia volcánica, los cadáveres de todas las especies, de todas las generaciones. Todo ello se convierte en su Masa, su Memoria visible, material.
A este poder atractivo de la Razón Planetaria la Ciencia lo llama GRAVEDAD.

Pero en realidad, todas las Razones, por grandes o pequeñas que resulten ser, tienen magnetismo, tienen poder atractivo, todas quieren más espacio propio, más energía, más memoria, todas quieren tener Más. Este es el anhelo de toda Razón, de todos los cuerpos celestes, de todas las Especies.

Nos dice la Ciencia, que todos los Planetas, todos los cuerpos celestes, tienen Gravedad. Cuanto mayor es su Masa, mayor es su poder atractivo, mayor es su Gravedad.
Pero, para poder entender lo que es la Gravedad y de dónde procede, hay que observar, con todo detalle, a la Razón Universal, a todas las Razones que forman el Universo, porque todas tienen poder atractivo, todas tienen magnetismo, todas tienen Gravedad.
No sólo los Planetas o los Cuerpos Celestes, la Razón de una partícula subatómica tiene también fuerza atractiva, Gravedad propia. Un átomo, construido con partículas, tiene mayor fuerza atractiva, mayor Gravedad.
La primera partícula con masa que aparece en el Universo, la llamaremos La Razón Menor.
Es la Unidad fundamental de la Materia y la Energía o de otro modo, es la Unidad más pequeña con magnetismo y electricidad propios, es decir, con Razón y Voluntad. Resulta ser siete veces más pequeña que el Electrón y mucho más veloz. Es la partícula menor de dos dimensiones.
Aún hay partículas menores, de una dimensión, pero sin masa apreciable, los fotones, portadores de Luz.
Esta lucha por la supervivencia que se produce entre todas las Razones del Universo, entre todas las especies, robándose unas a otras, parece la realidad de un mundo cruel.
Sin embargo, desde la otra cara de la Realidad, desde donde la Voluntad es visible, el Espacio no crece por lo que roba, sino por lo que recibe de la Voluntad.
La Luz de la Voluntad, de naturaleza eléctrica, la energía que hace crecer el Espacio, la materia, la Razón: ¡Es Memoria!

Es la LUZ que procede del Tiempo, la Cuarta Dimensión.
Al Principio del Espacio. Al Principio del Universo... Se materializan las primeras partículas, las primeras Razones del Universo.
Su observación detallada produce interesantes revelaciones y da certeza al viejo axioma: “Como es arriba es abajo”.

La razón de una partícula subatómica, su cara visible, la forma un campo magnético, negativo, su giro es hacia la Izquierda, como el de una borrasca, contrario a las agujas del reloj. Produce una fuerza absorbente, atrayente. Es una fuerza centrípeta, hacia dentro, que usa su magnetismo, su poder atractivo, para atraer o sentirse atraída.

Para mejor ocasión, dejamos el detalle de cómo se forma exactamente este pequeñísimo campo magnético y cuál es su causa, porque si paramos su velocidad, el campo se desvanece, parece haber surgido de la nada. Pero como ya sabemos Alfredo, la nada no existe y quiero darte un tiempo de reflexión para que descubras por ti mismo la causa de este hecho, comprobado por la Ciencia.

No obstante, el Principio de la Gravedad Universal se encuentra en la Razón de esta partícula electromagnética. La Razón Menor.
La Razón humana, formada como ya sabemos por razones más pequeñas, funciona básicamente igual que la de una partícula. Por esta causa, todos nos sentimos inclinados a mejorar y embellecer cuanto podemos, nuestra Razón, el aspecto físico, para aumentar su fuerza atractiva.
En la Razón de todas las especies encontramos esta necesidad de aumentar su fuerza atractiva, su Magnetismo.

El Magnetismo es una Fuerza. La Electricidad es un Poder.

En cuanto a la Cara Positiva de la partícula, su cara invisible, la Voluntad de la partícula, es un campo eléctrico, positivo, su giro es hacia la Derecha, como el de un anticiclón. Produce una fuerza expansiva, centrifuga, hacia fuera. La partícula usa este poder para repeler o expulsar a cualquier invasor.
También la Voluntad humana funciona de modo semejante. Cuando alguien se nos acerca demasiado y nos sentimos invadidos, usamos la Voluntad para expulsarlo, con su arma más poderosa, invisible, eléctrica, es decir:
la palabra y... gritamos ¡Fuera!
Ciertamente, también podemos usar la Razón para expulsar, empujando, y la Voluntad para atraer, con palabras positivas. Como ya está explicado, no existe el monopolo magnético y tanto la Razón, siempre negativa, como la Voluntad, siempre positiva, tienen ambas, al darles la vuelta, su cara opuesta.

Podemos concluir entonces que el Espacio es negativo, es Razón, y el Tiempo es positivo, es Voluntad, pero resulta equívoco decir que uno es Malo y el otro es Bueno.

Simplemente, las cosas son así:
La Razón, es Espacio, es de naturaleza visible, material, magnética, negativa, femenina, atractiva, posesiva, centrípeta. Como la Tierra.
Mientras que la Voluntad es Luz, es Tiempo, es de naturaleza invisible, inmaterial, eléctrica, positiva, masculina, expansiva, centrífuga. Como el Sol, que tiene más Voluntad que Razón.

Todo lo que el Tiempo da, lo roba el Espacio.
Todo lo que viene de la Voluntad, se lo apropia la Razón.


Por ahora, esta es la Realidad en que vivimos.
Pero esta Realidad no durará mucho más.

Tras un tiempo de Tribulaciones, veremos el fin del Mal, veremos el final de esta oposición entre el Bien y el Mal, el fin de la oposición entre Razón y Voluntad.
Todo cambiará muy pronto, toda oposición terminará y el Mal se verá puesto en evidencia.

Mientras el Espacio Universal siga creciendo, no podrás ver erradicado el Mal que subyuga a la Humanidad.
Por ahora, has de comprender que Espacio y Tiempo son el par opuesto de una misma realidad, una Unidad. El Universo.

El Tiempo es Memoria.
El Espacio es la materialización de esa memoria.

Observa que, mientras el Espacio está en fase expansiva, creciendo en todas direcciones, el Tiempo por el contrario, está en fase decreciente, menguante.

Es decir:
Cada instante que hace crecer el Espacio, sumando materia, que es memoria, también es un instante menos que le resta al Tiempo para llegar a su Final.
Cuando el Tiempo acabe, la Expansión del Universo terminará. La Memoria, que es el Tiempo, la veremos finalmente, materializada en el Espacio. Podremos ver la Perfección Final del Espacio. Este es el propósito del Tiempo.
Cuando el Universo alcance su Perfección Final, el tiempo para perfeccionar nuestra Voluntad y someter a nuestra Razón, habrá terminado.

Los que tomaron el camino de la Razón se verán arrepentidos.
Los que tomaron el camino de la Voluntad se verán alejados de la Muerte.


Terminado el último instante del Tiempo, el Espacio nos mostrará el verdadero significado de la palabra PERFECCIÓN.

Con el fin del Espacio, veremos el fin de los opuestos, el fin del Mal.

Esto no quiere decir que el Mal desaparecerá, sino que el Bien, la Voluntad, lo Positivo, el Tiempo, la electricidad, lo invisible… todo ello será visible, podremos verlo. Finalmente podremos ver el Bien junto al Mal, como han estado desde el principio del Universo.
La comparación entre ambos, producirá tal impacto en nosotros, en toda la Humanidad, que el Mal perderá toda oportunidad de desarrollo.

La Atención y la Voluntad lo relegarán a la categoría de un servidor y una nueva Era dará comienzo, para la Humanidad.

La Razón perderá el Trono del Poder y lo ocupará la Voluntad.

La Realidad del Espacio y el Tiempo habrán terminado y comenzará una Nueva Realidad para la Humanidad. La Era de la Luz y el Color.

Finalmente, la oscuridad del Espacio se verá anulada por la Luz del Tiempo.

LA LUZ DE LA ETERNIDAD.


Fin de la Octava Respuesta.
El Mal y el Bien, estrellas de una de las más rancias controversias de cualquier filosofía o religión, ahora, después de esta Respuesta pierde fulgor, polémica, ¿no?

Hasta la próxima Respuesta.

Un fraternal abrazo.

Alfredo López.

sábado, 4 de julio de 2009

ENTREVISTA AL ESCRIBA. Septima pregunta y Respuesta.

por Alfredo López Cruzado

Sábado, 4 de julio de 2.009.

Querido/a y distinguido/a amigo/a:

Cumpliendo con nuestra, cada vez más deseada, cita semanal, una vez más, te adjunto la SÉPTIMA RESPUESTA, que mejora, si cabe, las expectativas despertadas por las anteriores. Lean, lean…

SÉPTIMA PREGUNTA Y RESPUESTA:

- Alfredo:

¿Por qué tenemos que morir?

- El Escriba:

Para desvelar el misterio que representa la muerte debes preguntarte antes ¿Qué es la muerte? ¿Quién muere en realidad? ¿Quién soy yo?

En verdad te digo, Alfredo, que quién está vivo no puede morir. El origen de la vida no se encuentra en este mundo.

Por causa del desconocimiento de la Realidad que es DIOS y del Plan que Él tiene para cada uno de nosotros, nos pasamos la vida huyendo de la muerte, sin comprender qué es la Muerte.

Vivimos de espaldas a la realidad que nos toca vivir, corriendo tras los ideales de la mente, para tropezarnos con la frustración, el dolor y la muerte. Confundiendo nuestras vidas y desaprovechando la finalidad de las mismas, que no es otra que el regreso al lugar del que procedemos, habiendo ganado el conocimiento de la Causa de todas las cosas, para poder disfrutar, al fin, de la Libertad, la Felicidad y la Plenitud, propias de la Inmortalidad y la Eternidad que nos corresponden por ser Hijos de DIOS. Hijos de su Atención, su Razón y su Voluntad.

DIOS no está para rezarle. Si un Padre quiere enseñar el oficio a su hijo y este se dedica a rezar, el Padre se desespera.

Bien está que seamos agradecidos con el Gran Creador, nuestro Padre, pero lo que Él espera de nosotros es toda nuestra atención, nuestra mejor reflexión y nuestra mayor comprensión.

La Plenitud del Espíritu se alcanza al comprender la Totalidad que es Él.

No es rezando como nos acercamos más deprisa al Creador, sino siguiendo sus pasos, comprendiendo su Obra. La Realidad que Él nos muestra, la Realidad en que vivimos, nos movemos y tenemos el Ser.

De modo que, el estudio del Espacio y del Tiempo, en realidad, su Razón y su Voluntad, son pasos necesarios para alcanzar la comprensión práctica de DIOS.

En la medida que le comprendemos, nos vamos acercando a Él. Su Plan es dar a cada una de sus partes memoria de la Totalidad que ÉL ES. Todos somos parte suya, todos hemos de lograr la Conciencia Propia de DIOS, su Memoria.

Por nuestro origen, todos estamos condenados a ser Dioses, a compartir con ÉL, su Perfección, su Plenitud, su Eternidad.

Quiere enseñarnos la verdad que somos y la perfección que podemos alcanzar.

Pero, en lugar de estar atentos a su Obra, que el Tiempo nos va mostrando de instante en instante, le damos la espalda y nos empeñamos en dirigirnos hacia el Espacio, que es la Muerte.

Quienes tienen miedo a la palabra Muerte no comprenden su verdadero significado.

Es cierto que la Muerte reina en este mundo de Tres Dimensiones. Nuestro cuerpo físico, nuestra Razón propia, se construye con materia de este mundo, y como tal, está sujeta a las leyes que rigen la materia, el Espacio, que resulta ser frío, inerte, muerto.

Una cosa es el Espacio y otra cosa es la vida que anima el Espacio.

Quién anima el Espacio, quién le da movilidad, movimiento, es el Tiempo.

Sin comprender el verdadero significado del Tiempo no se puede entender el significado de la Vida. Cómo se manifiesta, de dónde procede y dónde se origina.

La mayoría de la gente intenta proyectar su vida según sus deseos, sin considerar el factor determinante, el Tiempo. Es por ello que la mayoría ve frustradas sus propias expectativas, ve cómo sus deseos chocan con la Realidad que, como una mano invisible, gobierna nuestras vidas. Viven de espaldas a la Realidad que el Tiempo Es.

Sólo unos pocos viven de frente, alertas al devenir, atentos al ahora, a la Realidad que se renueva a cada instante, analizando las novedades que nos trae el Tiempo, el mayor condicionante de nuestras vidas.

Estos pocos no necesitan ser guiados, no se encuentran perdidos, aprenden a leer las señales que da el Tiempo. No necesitan ayuda para salir de la monotonía de sus vidas, porque sus vidas no están enfocadas tan sólo a la monotonía del Espacio, a la repetición de lo ya conocido. Para estos, la vida es renovación constante, aventura, aprendizaje, experimentación, Amor, Sabiduría, y también Incertidumbre.

La vida de estos pocos es como una línea recta; no viven dando vueltas, de aquí para allá, agotando sus días en un sin sentido, tratando de llenar sus vidas, ciegos a la Realidad que les rodea, dejándose guiar por otros más ciegos aún, que les seducen con falsas promesas de seguridad, placer y felicidad.

No puedes sacar provecho a tu vida si no sabes quién eres, si no conoces el origen mismo de la vida que te anima, si ignoras la trayectoria del Tiempo, el cauce por el que corren nuestras vidas, individuales y colectivas.

¿Quién eres en realidad?

Analiza las tres voces que hay en ti.

La primera, quiere Ser siempre.

La segunda, quiere Tenerlo todo.

La tercera, quiere Saberlo todo.

¿Quién es quién?

En las respuestas anteriores hemos revelado la Trinidad que hay en todos y cada uno de los seres humanos.

Todos somos Atención, Razón y Voluntad.

Yo Soy, dice la Atención.

Yo tengo, dice la Razón.

Yo sé, dice la Voluntad.


¿Cuál es nuestra verdadera identidad?

Los grandes filósofos han tratado de responder a esta cuestión, pero aún hoy sigue confusa la relación entre Mente, Voluntad y Libre Albedrío.

Fue el filósofo alemán, discípulo de Kant, Arthur Schopenhauer quién afirmó que la Voluntad es el verdadero Ser, que representa la fuerza esencial de lo real y que la acción de la Voluntad es irracional.

Esta respuesta, con ser de las más aproximadas, necesita verse aclarada, así como la creencia actual que confunde la Voluntad con el Libre Albedrío.

Vamos, por tanto, a definir estos conceptos con mayor precisión, porque resulta necesario para poder comprendernos a nosotros mismos.

El Libre Albedrío es la Atención. Yo Soy

El cuerpo y la mente es la Razón. Yo tengo.

El campo eléctrico es la Voluntad. Yo sé.


Conocer el origen de la Atención, la Razón y la Voluntad nos dará una mayor comprensión de quienes somos en realidad.

¿De dónde procede la Atención? ¿Por qué quiere vivir para siempre?

La Atención no procede del Espacio ni del Tiempo.

No está construida con magnetismo, como el Espacio.

No está construida con electricidad como el Tiempo.

La Atención es Espíritu.

La Atención procede de una REALIDAD que existe más allá del Espacio y del Tiempo, más allá de la Tercera y la Cuarta Dimensión.

Nuestra Atención es un fragmento de la Atención MAYOR,

LA UNIDAD con mayúsculas, que lo contiene TODO, DIOS PADRE, EL UNO.

La Atención no nace de Padre y Madre. La Atención es Espíritu, no tiene principio ni final, es Eterna, es LA VIDA.

La Atención no nace, sino que se emancipa de DIOS PADRE.

La Atención es Principio de Vida Eterna con Libre Albedrío.

Una vez emancipada de DIOS PADRE, la Atención, el Principio Rector, no tiene memoria propia. Es Libre Albedrío que en su principio lo ignora todo.

Por ello, para tomar conciencia de la Realidad que es el Espacio, La Razón de Dios y el Tiempo, La Voluntad de Dios, la Atención necesita un cuerpo hecho de Espacio, de materia, y otro de Tiempo, de Luz.

Un cuerpo visible y otro invisible.

El cuerpo visible es la Razón, el invisible es la Voluntad.

La Razón es la Memoria del Espacio, la Voluntad es la Memoria del Tiempo.

La Razón está construida con magnetismo, como el Espacio.

La Voluntad está construida con Electricidad, como el Tiempo.

La Atención es quién contesta cuando te llaman por tu nombre. Su residencia habitual está detrás de tus ojos. Puede “tocar” a distancia. NO se mueve de aquí para allá, no se dirige por el Espacio ni por el Tiempo. La Atención los trasciende. Simplemente “se sitúa” aquí o allá a velocidad instantánea.

¿De dónde procede la Razón? ¿Por qué quiere tenerlo todo?

Ya sabemos que la Razón es el cuerpo y la mente.

Es nuestra memoria del Espacio, nuestra Conciencia espacial, registra los movimientos por el espacio. Nos sirve para movernos por él, es nuestra memoria superficial, nuestra memoria Reactiva, es independiente de la Voluntad y pretende sobrevivir por encima de todo.

El Principio de la Razón, su mayor anhelo, es la Seguridad.

El origen de la Razón está en este mundo tridimensional, sus raíces se sumergen en lo más profundo de la Tierra. Muchas generaciones yacen bajo sus pies, como memoria de otra Realidad ya pasada, ya integrada en la Memoria del Planeta.

La razón es memoria con presencia física, ella representa la memoria de todas las generaciones que la han precedido, memoria que vamos sumando generación tras generación, trasmitiéndola de padres a hijos a través del ADN.

La razón está construida con espacio, materia, y está sujeta a las leyes que rigen el Espacio. Es decir, nuestra Razón funciona igual que el propio Espacio. Ambos crecen sumando Energía, sumando Memoria.

Así como el Espacio es de naturaleza material, magnética, negativa, atractiva, gravitatoria, que atrae para sí todo lo que puede atraer, como la Tierra. También la Razón es una memoria material, magnética, negativa, atractiva, que resulta ser posesiva hasta más allá de lo razonable.

Quiere tenerlo todo, disfrutarlo todo. Nunca se conforma. SIEMPRE PIDE MÁS.

Esta memoria es autónoma, no la llamamos Razón porque sepa razonar bien, sino por todo lo contrario, porque no gasta tiempo para razonar, ante cualquier situación, en cualquier peligro, la memoria reactiva se limita a reaccionar del mejor modo que sabe, para sobrevivir mejor. Sin pararse a considerar si deja en peligro a los demás. Es del todo Irracional.

Al contrario que la Atención, la Razón si nace, si tiene padre y madre. En el Universo, la Razón, se hereda siempre de una madre. Nuestra madre representa a la madre de todos los Espacios. DIOS MADRE.

Todas las razones tienen un principio y un Final en el Tiempo, pero, para la Razón, la muerte es tan solo renovación, un paso más hacia su perfección.

Un paso necesario que ha de dar cualquier semilla que se desprende de la planta madre al llegar el Otoño, para renovarse en la siguiente primavera y seguir completando y perfeccionando la memoria de la especie a la que pertenece.

Nuestra Razón es memoria con presencia física que se integra y se desintegra para volver a integrarse en la siguiente generación, como cualquier otra semilla del Espacio Tridimensional.

Es importante para todos, comprender que nuestra Razón es un espacio material dentro del Universo y como todos los espacios con lugar propio en el Universo tiene tres dimensiones: largo, ancho y alto.

Pero tener tres dimensiones no implica estar vivo, porque al morir, seguimos siendo tridimensionales. La vida no es visible en el Espacio, no pertenece al Espacio. En el Espacio sólo podemos ver la muerte, porque la muerte es propia del Espacio y la reconocemos por su inmovilidad, su falta de calor y su rigidez.

Un cadáver tiene largo, ancho y alto, sin embargo, no se mueve, es rígido y frío como el Espacio.

¿ Cual es la diferencia entre estar vivo o estar muerto ?

Una Razón sin vida no tiene movimiento propio. Al momento de morir, todos los órganos pierden su movimiento, su calor y su flexibilidad.

¿Qué sucede realmente al morir?

¿Por qué perdemos los signos de la vida que reconocemos como movimiento, calor y flexibilidad?

¿Qué o quién nos da los signos visibles de la vida?

Porque la vida, en sí misma, no podemos verla.

La vida es como el viento, podemos ver el movimiento que produce en el Espacio, pero el viento mismo no podemos verlo.


El Espacio tridimensional es frío, es rígido, es inerte. El calor, la flexibilidad, el movimiento, no son propios del Espacio, sino del Tiempo, La Cuarta Dimensión.

Es el Tiempo, de naturaleza eléctrica, invisible, quién construye y alimenta nuestro campo eléctrico, la Voluntad.

¿De dónde procede la Voluntad? ¿Por qué quiere saberlo todo?
La Voluntad es nuestra memoria del Tiempo. Nuestra conciencia temporal, registra los sucesos del Tiempo y con ellos va construyendo su memoria.

Es nuestra memoria profunda, nuestra memoria Reflexiva, es independiente de la memoria de la Razón, en realidad, ambas memorias son opuestas y a la vez complementarias, como nuestra mano izquierda y nuestra mano derecha.

El Principio que rige a la Voluntad, su mayor anhelo, es La Libertad.

El origen de la Voluntad no está en este mundo tridimensional, sus raíces no están en el Espacio sino en el Tiempo. Ella se nutre del Tiempo, no crece sumando memoria, no es magnética como la memoria del Espacio.

La memoria de la Voluntad es invisible, inmaterial, como el Tiempo. Es Luz.

La Voluntad no crece sumando memoria como el Espacio, sino que crece restándose como el Tiempo. La Voluntad trae del Tiempo su propia inspiración y crece renovándose. En la medida que, entrega su vieja inspiración, va recibiendo del Tiempo, su inspiración nueva.

La memoria de la Voluntad, de naturaleza eléctrica, como la electricidad que todos conocemos, no está hecha para ser guardada o almacenada sino para hacerla correr, para ser consumida, sin miedo a agotarla, porque el saber que puede alcanzar la Voluntad resulta ser inagotable.

Nuestra memoria del Tiempo es interactiva, necesita relacionarse, comunicarse, enseñar lo que sabe. Aprende enseñando tiene inspiración propia y cuanto mejor enseña, más inspirada se encuentra.

Es un Principio Universal que la Energía, y la Memoria es Energía, siempre se mueve desde donde hay MAS hacia donde hay MENOS.

De modo que, la clave para hacer crecer nuestro saber es enseñar lo que sabemos, cuanto antes, a quién más lo necesite, a quién tiene hambre de saber.

Así, en la medida que enseñemos más, más saber recibiremos del Tiempo, mayor será nuestro campo eléctrico, mayor será nuestra Voluntad, mayor será nuestro Poder Real.

Guardando lo que sabemos, la Especie Humana no crecerá en Sabiduría y nosotros mismos, perderemos la Inspiración que tanto necesita nuestra Alma, es decir nuestra Voluntad.

Por su propia naturaleza, la Voluntad es reflexiva, analítica, lógica. Tiene sed de saber, quiere saberlo todo. Es memoria eléctrica, positiva, expansiva, generosa, que disfruta enseñando lo que sabe.

La Voluntad es hija del Tiempo, hija de la Verdad que esconde el Tiempo. Es por eso, que ella adora, por encima de todo, LA VERDAD, fundamento de la Libertad.

Si, como ya sabemos, la Atención goza de vida eterna, no nace, no tiene principio ni final, al contrario que nuestra Razón material, sujeta a las leyes del Espacio, que nace para morir, para renovarse, para perfeccionarse un paso más en cada generación.

La Voluntad no es eterna ni tampoco es mortal, está construida con memoria del Tiempo, memoria de naturaleza eléctrica, invisible, inmaterial, memoria que tiene en cada uno de nosotros un principio, el principio de nuestra memoria propia, individual, que nos va dando identidad, conciencia de quienes somos. Esta memoria que construye nuestro cuerpo invisible, la Voluntad, tiene por tanto un principio, pero no tiene final. Es Inmortal.

La Atención. ES ETERNA. Yo Soy el que Soy.

La Razón. Es mortal. Yo Soy el que tiene.

La Voluntad. Es Inmortal. Yo Soy el que sabe.

Dicho de otro modo:

La Atención es Espíritu y procede del ESPÍRITU.

La Razón es Espacio y procede del Espacio.

La Voluntad es Tiempo y procede del Tiempo.


Y así es como se identifican nuestras tres voces:

Yo Soy la Atención, el libre albedrío. Soy quién da la Vida a la Razón.

Yo Soy la Razón, la conciencia del Espacio, tengo presencia física.

Soy la Memoria Magnética.

Yo Soy la Voluntad, la conciencia del Tiempo, mi presencia es luz,

Soy la Memoria Eléctrica.

De modo, que la Razón es Espacio, frío, inerte, muerto

Quién le da vida es la Atención.

Quién le da movimiento es la Voluntad.


Cabe ahora reflexionar más en el verdadero significado de la palabra Tiempo.

La realidad del Tiempo que vivieron nuestros abuelos no es la misma realidad que vivieron nuestros padres, ni es la misma que vivimos nosotros.

La realidad que vivimos hoy, no es la misma que vivimos ayer, ni será la misma que viviremos mañana.

El Espacio que conforma la Realidad en que vivimos no para ni un instante, está en continuo movimiento, en un cambio permanente. De instante en instante, el presente cambia, se mueve, siempre hacia delante, hacia el futuro y esta sucesión de movimientos, de instantes, van grabando, van alimentando y construyendo nuestra Memoria.

Percibimos el Ahora como una sucesión de instantes, movimientos, a una velocidad constante.

A este movimiento del Espacio, a esta constante sucesión de movimientos en el Espacio lo llamamos Tiempo.

EL MOVIMIENTO DEL ESPACIO ES EL TIEMPO

El Tiempo es movimiento, la velocidad constante a la que se mueve el Espacio.

Para entenderlo mejor, observa el funcionamiento de una película de cine. La película representa una sucesión de instantáneas, instantes fijos, que al verlos a una velocidad constante cobran movimiento.

Si frenamos la velocidad a la que visualizamos la película, el movimiento de las imágenes se ralentiza y si paramos del todo la velocidad, la ilusión del movimiento se desvanece, la película, como el espacio, no tiene movimiento propio.

El movimiento es el Tiempo

El Tiempo es la velocidad que nos hace ver el Espacio en movimiento.

El movimiento del Espacio es pura ilusión,

quién en realidad se mueve es el Tiempo.

El Espacio no tiene movimiento propio.


Para terminar de responderte, Alfredo, vamos a repasar lo más importante para llegar a la conclusión final sobre la muerte.

Creemos que el Espacio en el que nos movemos y vivimos está vivo, como creemos que nuestra razón, nuestro cuerpo físico tiene vida propia. Pero esto es una ilusión.

La vida no pertenece al Espacio, el espacio es materia inerte, oscura, fría. Cualquier espacio material en este mundo, tiene tres dimensiones, como cualquier cadáver, pero para verlo cobrar movimiento, necesita del Tiempo. La Cuarta Dimensión. Dicho de otro modo, la Voluntad invisible.

El Espacio no puede moverse sin el Tiempo.

La Razón no puede moverse sin la Voluntad.


El Tiempo es de naturaleza eléctrica, como la Voluntad,

Sin electricidad no hay movimiento.

Quién anima el Espacio es el Tiempo.

Quién anima nuestra Razón, quién le da movimiento
es la electricidad de la Voluntad.


Sin campo eléctrico, sin Voluntad, la Razón es como un robot sin batería eléctrica. Es tan solo un montón de materia ordenada.

Espacio sin Tiempo es materia inerte. Es Muerte.

La Voluntad no puede morir, ya lo hemos explicado, se construye con Tiempo y necesita muchas vidas para ello.

La Razón es pues, una marioneta muerta, un cadáver, sin la electricidad necesaria para mover el corazón, las neuronas, el sistema nervioso, y en definitiva, cada órgano, célula, molécula, átomo y partícula que dan su forma al cuerpo humano. La Razón humana.

Sin la Voluntad no hay cuerpo que se mueva por sí mismo.

El feto se mueve en el vientre materno gracias a la electricidad del campo eléctrico materno, es decir, la Voluntad de la madre. De modo que, si al separar al recién nacido de su madre, no se ve ocupado por una Voluntad, la Razón no cobra movimiento.

Fuera del campo eléctrico materno solo puede desarrollarse un cuerpo sin vida, un espacio ordenado, una Razón inanimada.

Al estar construida con electricidad, la Voluntad es invisible, pero igual que la electricidad deja calor a su paso, también la Voluntad, nuestro campo eléctrico, calienta el cuerpo y vamos dejando un rastro de calor por donde vamos.

De modo que resulta lógico y es lo normal, que cuando la Voluntad regresa al Tiempo del que ella procede, bien por enfermedad, accidente o vejez, la Razón se queda inmóvil, fría, rígida, como lo que ella es, un espacio sin tiempo, sin electricidad sin Voluntad.

Como ya puedes comprender, Alfredo:

La Razón no puede morir

¡ Porque jamás ha estado viva ¡


Como ya sabes:

La Vida es de la Atención.

El movimiento es de la Voluntad.

¡Qué gran ilusión, es hacernos creer que no hay más vida que la que podemos ver en la Razón¡

Como puedes ver, Alfredo,

también el mayor ilusionista...

ES DIOS.


Fin de la séptima Respuesta.

Sabe a poco… ¿verdad?

Hasta el próximo sábado.

Un fraternal abrazo.

Alfredo